02 junio, 2012

TERCA COMO UNA MULA



la soledad en el mármol
de la cocina

en las noches que secuestran
calcetines

en la esquina
que amontona
ropa sucia

la soledad en el polvo
que amenaza el filamento

en las gotas olvidadas
de pintura

en la tinta
que alimenta 
este bolígrafo


la soledad
sentada
en una silla

terca

observándome incansable.



Y en mi
sólo el pulso repitiendo.


El párpado en letanía:

No querer
querer a nadie

No querer
querer a nadie

No querer
querer

A Nadie.

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