Que si, que es cierto,
que me enredo
en mi soga de nervios
y confundo las pasiones
con los excesos
y los deseos
con los sombreros.
Que si, que es cierto,
que alguna noche preferí
leerte un cuento
a hacerte el amor,
y que mis labios temblaron
muchas veces de miedo
al besar
y que no supe,
o no quise
o me faltó valor.
Que si, que ya no tengo
veinte años
pero aun, a veces,
me vuelvo loco
de ansiedad
y que nunca conseguí
ser uno mismo
porque nunca supe
un mismo ser
y que me veo
y me extraño
porqué no
me conozco.
Que si, que es cierto.
Pero cuando el futuro
os triture
y perdáis las razones
y bigotes de gato
os acaricien la sien,
cuando todo latido
se os haya olvidado,
yo
seguiré estando
siempre
a punto del amor.