Todos los hombres y las
mujeres que me precedieron
mujeres que me precedieron
Todos los caminos
dibujados por sus pies
El sudor de sus brazos
trabajando la tierra
Todo ese esfuerzo
toda esa constancia
ha llegado hasta
ha llegado hasta
aquí,
hasta este remolino
de café en la ventana
hasta esta trenza de
olivos tras el cristal
hasta este anuncio
hasta esta calma:
Mientras no puse
en juicio mi risa
nunca
paré
de
reír.
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