27 marzo, 2012

TELA DE PIJAMA


Donde hubo sudor y lenguas
confundiendo la sal con la dulzura,

donde hubo dedos que reptaban
arañando la luz tibia,

donde se alzaron torres de babel
tan solo con las letras
de nuestros nombres,

Aquí, en esta cama.

Ahora solo quedan ruinas 

desperdigadas,
migajas del desayuno,
labios rotos como
un archipiélago que
desconoce su conjunto.

Invadiéndonos.

Obligándonos a encender el televisor
para que no se nos obture el silencio en
el ventrículo derecho y se nos pare
de despecho el corazón.

Sobre esta cama donde un buen rastreador
leería miles de huellas
caminando en dirección opuesta.

Alejando nuestros pasos.

Más de un millón de kilometros.

Nuestros pasos.

En este escaso metro y medio cuadrado.


Nuestros pasos


Levantado una nube
de polvo que sepulta
irremediablemente
las caricias.

En este escaso metro y medio cuadrado.


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