Desde hace un tiempo, siento que mi casa se enferma.
Todo empezó cuando a la
pantalla del ordenador se le quedo mustia la mirada. Después las baldosas se
quebraron, aplastadas en un brote compulsivo del edificio. A la cisterna hace
unos días le diagnosticaron cáncer de próstata con metástasis en la boya y
finalmente, ayer, la nevera no paro de tiritar hasta que despuntada el alba y
tan ruidosa como lo fue siempre, finalmente, falleció de frío.
Creo que mi casa se está
muriendo de pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario