29 octubre, 2011

INVOLUCIÓN






Cuanta gente callada y quieta.
Y la señora que tengo al lado
se gira mirandome como si estuviese loco.




Cuanta gente callada y quieta,
les repito.
Y mi voz colma el silencio
del vagón sin encontrar
resistencia.




Esto antes no pasaba.
Esto nos ocurre por
crecer a la sombra
de los edificios de oficinas,
les digo.


Es culpa nuestra.


Se abren las puertas
y alguna gente baja.




Otros suben y se sientan.




Cuanta gente.


1 comentario:

Anónimo dijo...

este es mi poema favorito cysko !
un saludo de carlos ceme.