Cuanta gente callada y quieta.
Y la señora que tengo al lado
se gira mirandome como si estuviese loco.
Cuanta gente callada y quieta,
les repito.
Y mi voz colma el silencio
del vagón sin encontrar
resistencia.
Esto antes no pasaba.
Esto nos ocurre por
crecer a la sombra
de los edificios de oficinas,
les digo.
Es culpa nuestra.
Se abren las puertas
y alguna gente baja.
Otros suben y se sientan.
Cuanta gente.
1 comentario:
este es mi poema favorito cysko !
un saludo de carlos ceme.
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