06 diciembre, 2012

ZONA RESIDENCIAL



Cuanta energía
gastamos
en decir que no.

En hacer de la prudencia
una guarida
un sustento
una barra de pan
sobre la mesa.

Una calle peatonal
en mitad del edén

una zona residencial
un simulacro de océano
en los escaparates.

Cuanto empeño
en decir que no.

En conformarse con la vida como está.
Como llega.

Decir si

para construir 
un no redondo.

Cerrar los ojos.

(Tras la aceptación
 no hay nada.)