Cuando éramos niños soñábamos
con un amor que no entendía de años.
Que no cabía en los mapas.
Que no sabia mas que de
puesta de sol,
barco pirata,
carta de amor,
globo aerostático.
Y ahora,
quien puede explicar
esta pandemia de lunes,
esta normalidad desmedida,
este orfanato de alientos.
Y ahora,
quien puede conformarse
con este desorden de noches,
con este destrozo de nubes,
con este desguace de besos
en sábanas ocres.
(Para ti, Flor)
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